con Dios por medio de Jesús podemos tener la esperanza de restaurar nuestra relación con otros. 2. Las relaciones interpersonales se quiebran porque tenemos un enemigo. Tenemos el mismo enemigo hoy que Adán y Eva: el diablo, que “como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Con sus mentiras, tentó a Adán y a Eva para que comieran del árbol de la vida, y nos tienta a nosotros exactamente de la misma manera. Quiere que pensemos lo peor, incluso de nuestros amigos más
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